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domingo, 31 de octubre de 2010

Los valores humanos de la música

He elegido este título con la intención de dejar intuir el tema de debate que es el objetivo de este blog que estreno como trabajo para la asignatura de "Sociedad del Conocimiento, Tecnología y Educación" del grado de Pedagogía de la UNED.
Hablo de "valores humanos" como un conjunto de valores de variadísima índole que son potenciales en todo ser humano, pero que en muchos, demasiados casos, no se llegan a desarrollar por muy diversas razones, sobre todo de carácer familiar, social y educacional. Entre estos valores empezaría destacando algunos, de manera no excluyente, como son capacidad de esfuerzo, concentración, perseverancia, paciencia, trabajo en equipo, trabajo individual en solitario, sacrificio, desarrollo de capacidades motrices, cognitivas, sensitivas, visión micro y macroscópica de todos los elementos de la vida, percepción de los grados en toda gama (como por ejemplo grados de gris entre el blanco y el negro, o de intensidad de calor, sonido o ruido, etc.), respeto sin complejos por las jerarquías puntuales establecidas con un fin (como por ejemplo respeto en el seguimiento a las pautas dictadas desde la dirección, sea de una orquesta o de una empresa cualquiera), asunción de la importancia de todo rol dentro de un engranaje (saber que uno es parte vital de un organismo como lo es la gasolina, las ruedas, el carburador o el volante de un coche, es decir, sine qua, non)... en fin, valores que, según mi manera de entender la vida, no hacen a nadie más humano, porque humanos somos todos al 100%, pero sí más civilizados, más socializados, más humanizados, más avanzados... más alejados de los llamados bajos instintos y de la sinrazón.
En próximas entradas intentaré incluir datos que lleven a debate y que me ayuden, si es posible, a demostrar que la música es un lenguaje con unas características aventajadas para la consecución del progreso en los mencionados valores. El aprendizaje de la música es una tarea multidisciplinar que requiere de todos nuestros sentidos (y de la especial agudización de los sentidos restantes en personas que carecen de alguno de ellos, como se ha demostrado con músicos ciegos, minusválidos e incluso... ¡sordos!... no hace falta nombrarle, ¿no?) y es, además, una tarea sin fin. Nadie nunca ha llegado ni llegará a la perfección en ningún aspecto de la música (interpretación, composición, etc.), pero todos nos acercamos a ella contínuamente y la perseguimos como un objetivo invisible tras la línea del horizonte.
Para concluir esta presentación, creo que puedo establecer que la música nos humaniza.